RASGOS DOCTRINALES Y ÉTICOS DEL BUDISMO

 

Todavía dura la vieja polémica entre los estudiosos y teóricos occidentales, sobre si el budismo es una religión, una filosofía, un método de vida o todo al mismo tiempo. Para los budistas, siempre ha sido una cuestión sin importancia determinar en cual de las categorías anteriores se verían enmarcadas el conjunto de creencias, técnicas de meditación, especulaciones filosóficas, normas éticas, conducta moral y disciplina, que dan sentido a su vida y le hacen consciente como ser humano de su responsabilidad consigo mismo y con el mundo.

Esta polémica sólo ha surgido fuera del ámbito budista, como consecuencia, sin duda alguna, de la peculiaridad que diferencia al budismo de cualquier otra de las religiones existentes, incluidas las animistas: la creencia y devoción en un Ser Supremo, creador y sostenedor del universo. Esta creencia es común a todas ellas y principio en el que fundamentan su fe. Este hecho religioso universal no se da en el budismo. Podría decirse que el budismo es una religión no teísta.

¿Significa esto que, se le pueda considerar ateo? Esta pregunta es otra de las que han creado y sigue creando intensa polémica, incluso dentro del mundo budista. Para algunos estudiosos Buda no negó nunca la existencia de un principio divino, incluso alguna de sus enseñanzas podrían entenderse como una afirmación de este principio: Hay, monjes, algo no nacido, no originado, no creado, no constituido. Si no hubiese, monjes, ese algo no nacido, no originado, no creado, no constituido, no cabría librarse de todo lo nacido, originado, creado y constituido. Pero puesto que hay algo no nacido, no originado, no creado, no constituido, cabe liberarse de todo lo nacido, creado y constituido. Para otros, una interpretación del fenómeno de la interdependencia condicionada y la ley " karmica " de causa y efecto, sería en sí misma una negación de este principio. Todas estas cuestiones e interpretaciones son ajenas al Buda y muchas de ellas al propio Budismo. Buda sólo habló del sufrimiento y su extinción y cuando se le preguntaban sobre todos estos temas, eludía la respuesta. Él quiso centrar la atención del hombre, exclusivamente en su liberación y consideraba que todas estas disquisiciones sólo servían para distraerle de su meta. Por otro lado, siempre insistió en dejar clara su condición humana y advertir que no era un Dios, ni profeta ni enviado celestial. Entonces, ¿Cómo se puede denominar religión a una creencia, que, no afirma ni niega la existencia de un Ser Superior y la soslaya como el más puro agnosticismo?.

Para responder a estas preguntas con un cierto grado de aproximación a la verdadera respuesta, es imprescindible comprender el sentido mismo de la pregunta, que tiene su origen en la diferencia conceptual de las culturas religiosas de Oriente y Occidente. Nuestra cultura occidental, formada en la tradición religiosa judeo-Cristiana y la civilización greco latina, hace una diferenciación radical entre filosofía y religión, aunque ambas disciplinas traten en definitiva de lo mismo: Encontrar una respuesta a las eternas preguntas que se formulan todos los hombres desde que tienen conciencia de su existencia sobre la tierra. ¿Qué somos?¿De dónde venimos? y ¿ Qué nos sucede después de la muerte?. Las respuestas que dan las religiones se consideran reveladas por la misma Divinidad y a los hombres que las han recibido y transmitido portavoces divinos, cuando no la Divinidad misma. En Occidente todo el pensamiento y discurrir humano que ha quedado fuera del ámbito religioso ha pasado a formar parte de la filosofía, quedando muy clara la separación entre lo divino y lo profano.

La filosofía, tal y como la entendemos en Europa, es desconocida por la tradición budista, la cual consideraría que la investigación de la realidad, por el mero propósito de saber más acerca de ella, sería una perdida de tiempo valioso. La enseñanza de Buda se ocupa exclusivamente de mostrar el camino a la salvación. "Cualquier filosofía que se pueda encontrar en las obras de autores budistas es completamente incidental. En el vasto vocabulario del budismo no encontramos ninguna palabra que corresponda a nuestro termino filosofía" (E. Conze). El budismo que por su origen e intención es una doctrina de salvación, siempre ha estado marcado por una actitud intensamente pragmática. No fomenta la especulación sobre temas que no sean pertinentes para la salvación. El valor de un pensamiento debe juzgarse por lo que se puede hacer con él por la calidad de la vida que resulta de él.

A medida que se fue desarrollando el budismo, su pragmatismo se hizo todavía más explícito. Se llegó a ver que cualquier cosa que se pueda decir, es falsa en ultima instancia, falsa por el mero hecho de que uno la dice. Los que dicen no saben,. los que saben no dicen. Sólo el noble silencio no violaba la Verdad. La doctrina sagrada es básicamente una medicina. El Buda es como un médico. Del mismo modo que un médico debe conocer él diagnostico de los distintos tipos de enfermedades, sus causas, los antídotos y los remedios, y debe ser capaz de administrarlos, así el Buda enseñó las Cuatro Nobles Verdades. Enunciadas por primera vez en Benarés inmediatamente después de su iluminación, se han convertido y asentado para todas las escuelas y corrientes budistas, como el origen, esencia y fundamento de toda su doctrina. Estas afirmaciones son verdaderamente incuestionables. Sin embargo, no deben aislarse del fin que pretenden cumplir, pues entonces dejan de tener sentido y pierden toda su fuerza. (E. Conze). Estas verdades no son expuestas en un tono académico y "filosófico" sino, como el anuncio de un mal del que hay que liberarse. Este mal no sería en definitiva importante si se acabase con la propia existencia; el verdadero problema radica en que el mal, mientras no nos liberemos de él, nos ata indefinidamente a la cadena de existencias haciéndola interminable, por eso la urgencia y la importancia en comprenderlo y romper el eslabón. Aquí es donde podemos apreciar el significado religioso de esta enseñanza, su carácter y sentido convierten el budismo en una religión soteriológica.

La primera Verdad noble consiste en comprender que Todas las cosas son insatisfactorias, dice el Buda, o en otras palabras, todas las formas de existencia son, por su naturaleza, en último término, dolorosas. Esto no significa, naturalmente, que la existencia sea dolorosa en cada momento; si fuera así se habría anulado a sí misma hace mucho tiempo. Los sentimientos y otras afecciones son designados expresamente en los textos doctrinales como agradables, desagradables o neutros. Y, sin embargo en último termino todos son dolorosos. ¿Por qué? Porque todas las cosas del mundo aparente son pasajeras. Están sometidas a la ley de transformación continua, al ciclo ineludible del cambio y la destrucción y en última instancia carecen de propia identidad.

La segunda Verdad noble consiste en comprender que el origen del sufrimiento tiene sus causas en las tres raíces del mal. La ignorancia el apego y la ira, en todas sus formas y manifestaciones.

La tercera Verdad Noble consiste en comprender que, con la extinción de la ignorancia el apego y la ira, se produce la Cesación del sufrimiento.

La cuarta Verdad Noble es el Camino que conduce a la extinción. El sagrado Óctuple Sendero:

Grupo de la Sabiduría:
Entendimiento Recto
Pensamiento Recto
Grupo de la Virtud:
Palabra Recta
Acción Recta
Medios de Vida Rectos
Grupo de la Concentración:
Esfuerzo Recto
Atención Recta
Concentración Recta

Entendimiento Recto. El primer factor del sendero, consiste en comprender las cosas como son realmente y no como parecen ser. Buda exhorta a los seres a pensar e indagar por sí mismos. No os dejéis inducir por relatos o tradición, por rumores, ni por el contenido de un texto religioso, ni por simple lógica o inferencia, ni por la consideración de apariencias...., cuando sepáis por vosotros mismos "estas cosas son saludables, intachables, provechosas, entonces acometedlas y perseverar en ellas". Esto debe interpretarse sólo como una recomendación a la indagación y el análisis personal, al abandono de la fe ciega que consideraba un obstáculo para el verdadero desarrollo personal y un inconveniente para alcanzar el entendimiento recto. En el Budismo el entendimiento recto posee un significado especial, distinto del que se le atribuye popularmente. Consiste en la aplicación de la Visión Cabal a las cinco causas del apego, para captar su verdadera naturaleza, es decir, comprenderse a sí mismo. Es auto-examen y auto-observación. El entendimiento recto, es de la mayor importancia, pues todos los demás factores están guiados por él.

Pensamiento Recto. El segundo factor es consecuencia del entendimiento recto. Los pensamientos tienen una importancia esencial; en efecto, las palabras y actos de los hombres se originan en ellos. Los pensamientos se traducen en palabras y acción. Los buenos o malos resultados de nuestras palabras y actos dependen únicamente de nuestros pensamientos, de la manera como pensamos. De aquí la importancia de aprender a pensar correctamente. Los versos iniciales del Dhamapada nos hablan de la gran importancia del pensamiento recto:

Todos los estados mentales proceden de la mente,
que es su superior, y están hechos de mente.
Si se habla o actúa con una mente corrompida,
sigue el sufrimiento como la rueda sigue los pasos del buey.

Todos los estados mentales proceden de la mente,
que es su superior; y están hechos de mente.
Si se habla y actúa con una mente pura,
sigue la felicidad como la sombra que jamás se separa.

Recta palabra es el cuarto factor del óctuple sendero y a su vez el tercero de los cinco preceptos que todo budista se compromete a cumplir. No se trata exclusivamente de no mentir ni levantar calumnias, se refiere en sentido amplio al buen uso y correcta utilización del don de la palabra. Se condena la palabra dura, descortés, desabrida, frívola, maliciosa.
Antes de recurrir a conversaciones indignas se recomienda el "noble silencio". Dice el Dhamapada.

La palabra noble es la idónea
Habla siempre de acuerdo con el Dharma
Di lo agradable, no lo desagradable
Di la verdad, no mientas
Profiere sólo palabras que no te remuerdan ni hieran a otro. Este es, desde luego un buen lenguaje.

Acción recta. Consiste en la observación de los cinco preceptos que todo budista se compromete a guardar:

Me comprometo a seguir el precepto de abstenerme de matar cualquier cosa que respire.
Me comprometo a seguir el precepto de abstenerme de tomar lo que no me sea dado.
Me comprometo a seguir el precepto de abstenerme del extravío sexual.
Me comprometo a abstenerme del precepto de decir falsedades.
Me comprometo a seguir el precepto de abstenerme de ingerir substancias fermentadas y destiladas, intoxicantes que nublan la mente.

Medios de Vida Rectos. Es el último factor del grupo de la moralidad e implica comprometerse en no desarrollar como medio de vida, actividades que impliquen daño o sufrimiento para los demás, incluidos animales y el respeto por la naturaleza. Estarían vedadas entre otras actividades: fabricar y comerciar con armas y otros medios de destrucción letales, con animales para el matadero, con intoxicantes o con drogas; utilizar medios de contaminación o destrucción masiva de la naturaleza, etc.. Los medios de vida rectos se consideran necesarios para proporcionar al individuo y a la sociedad verdadera felicidad y fomentar la unidad y las relaciones adecuadas de unas personas con otras y entre los distintos pueblos y naciones. La práctica de este factor nos llevaría junto con la observancia de los preceptos, al desarrollo de la compasión por todo lo existente, cualidad y virtud capital en el camino.

Esfuerzo Recto es el primer factor del grupo de la concentración. El hombre nace con impulsos que le desvían del camino de la paz y la rectitud y la vida a su alrededor estimula constantemente estos impulsos. Como dice el Buda: Todo arde, todo está en llamas ¿ y qué es este todo que está en llamas? El ojo abrasa. Los objetos visibles queman. La conciencia visual arde. La sensación agradable, dolorosa o ni agradable ni dolorosa, que nace del control visual como de su condición, abrasa también. ¿ y con qué arden? Con el fuego del deseo, con el fuego del odio, con el fuego de la ilusión. Queman con el nacer, el envejecer y el morir, con el dolor, las lamentaciones, el pesar, la aflicción y el infortunio. El esfuerzo por controlar los pensamientos y los sentidos no es fácil, pero es imprescindible para aliviar la comezón y la tensión mental que pueden minar al hombre hasta destruirlo. La función del esfuerzo recto es cuádruple y consiste en: evitar, abandonar, desarrollar y mantener.

Atención Recta. La atención es el factor de la mente necesario para conectamos con la realidad inmediata. La atención nos permite percibir con claridad y nitidez lo que nos rodea y todo lo que se somete a ella es más preciso y significativo. En el budismo tiene una importancia primordial, es imprescindible para el progreso en el camino, mediante su cultivo se consigue la Visión Cabal que nos permite conocer en toda su profundidad y trascendencia las tres características de la existencia, la inestabilidad, la insatisfactoriedad y la ausencia de entidad propia, comprendiendo la naturaleza real de las cosas. Existe un discurso del Buda denominado los Cuatro Fundamentos de la Atención y es un texto básico e imprescindible para su desarrollo.

Concentración Recta. En el budismo, la meditación es el medio principal para llegar a la salvación. Se da mucha menos importancia al hacer algo por medio de la acción directa que a la contemplación y la disciplina mental. A través de la meditación se busca el dominio de los procesos mentales. La persona que cultiva la serenidad mental adquiere fuerza ante las adversidades de la vida, observando como los fenómenos nacen y se desvanecen se libera de ansiedad e inquietud. A pesar de que en el budismo la meditación ocupa el lugar más alto, y es a través de ella como se encuentra la iluminación y la liberación del apego y las pasiones, tiene una aplicación a los problemas prácticos de la vida diaria, y sus resultados beneficiosos son percibidos por el meditador desde los primeros momentos de su práctica.

De la observancia de los preceptos y del Octuple Sendero, surgen las seis virtudes llamadas Paramitas. Estas virtudes, de sentido muy amplio, se enuncian de la siguiente forma: generosidad, disciplina, paciencia, perseverancia, meditación y sabiduría. Las paramitas se ejercitarán de forma natural y espontanea, no por motivos filosóficos, piadosos o religiosos; se trata de hacer en cualquier momento y situación lo necesario y adecuado sin el deseo de recibir algo a cambio. Param significa al otro lado del río u orilla; ita significado llegado. Es decir: " llegado al otro lado del río u orilla". La imagen poética de pasar a la otra orilla, es utilizada en el budismo para referirse a aquellos seres bienaventurados que han transcendido todo lo condicionado. Una bella oración que se recita en determinadas ocasiones dice: Bienaventurados los que han ido más allá del más allá". Según explica el propio Buda en una hermosa parábola sobre las creencias y prácticas religiosas, estas sólo serían medios para alcanzar un fin, el de la liberación, y nunca un fin en sí mismas. Las compara con una balsa que se construye para cruzar una corriente y una vez que se llega a la otra orilla se abandona por que ya no tiene sentido cargar con ella.

Esta sencilla enseñanza, basada en verdades tan evidentes que para muchos pueden resultar obvias, constituyen en sí mismas el corpus de la fe budista. En torno a ellas, sin embargo, se han desarrollado multitud de escuelas y corrientes de pensamiento que han dado lugar a la creación de una inmensa literatura y de infinidad de prácticas meditativas y métodos de enseñanza, pero el propio Buda resumió todo el camino en éstos breves consejos: No hagáis el mal. Haced siempre el bien y mantened siempre controlada y limpia la propia mente.

 

Antonio Minguez
Ponencia presentada por Antonio Minguez, representante budista, en la mesa redonda celebrada con ocasión del curso de la Universidad de Otoño, 26 de septiembre 2002 "Religión y religiones en la sociedad actual"